domingo, 19 de agosto de 2007

La que me inquieta...

La verdad es que tengo un poco de sueño…tengo tantas cosas que contar que no se por donde empezar.
Empiezo por el principio, o a lo mejor cuento el final del chiste…lo más gracioso, lo que importa porque el resto del chiste es aporte.
La idea de un chiste es que la situación sea entrete para que el remate o la cosa entretenida sea… entretenida.

El principio. El “uno” de las cosas o el “cero”, dependiendo de qué número nació primero… algunos dicen que fue el uno, el cero se agregó después.
Hay algo o “alguien” que me inquieta donde estudio. En taller de campaña I, un lunes me tocaba en la tarde. Me siento atrás para visualizar al resto, no es por sicopatía, sino que para ver todas las caras. Ahí algo rompió el esquema. Debido a que todos se presentaban (que lata) pero de pronto ubiqué la mirada hacia alguien. Esperé a escuchar su nombre, su edad, donde vivía, pero lo más importante para mí, como hablaba. Estoy hablando de no de qué manera, sino que cómo sonaba su voz.
En ese momento cuando abrió su boca, cerré mi atención a su voz, luego mis ojos la buscaron y luego, toda mi atención estaba en ella.

¿Cursi cierto? Puede ser. A todo el mundo le pasa. Hay algo entretenido en esta situación. Es que además de ser súper observador, me enamoro por el oído. La voz debe coincidir con su forma de ser, su forma de actuar, puede sonar muy ridículo, pero para alguien que tiene una oreja absoluta, importa.
Algo extra, la verdad que una mina prototipo no tengo, solo que sean simpáticas, que me hablen harto y que el gusto sea recíproco.
No se. La verdad hay compañeros que los tengo chatos sobre este tema. Hay otros que no tienen idea de esto. Solo sé que mi vida es tan tan tan relajada, que no quiero dormirme en los laureles y perder cierta oportunidad para ella, la que me inquieta.

Espero que, sea leído… así es más fácil todo.


Eso…